martes, 29 de abril de 2008

CRECIENDO


Hubo un tiempo en el que pensé que había hecho algo mal y por mi error ambos estábamos siendo castigados.
Fue el tiempo de las preguntas, de la terapia, de ser juzgados y rechazados, de defender nuestra posición como familia con derecho a nuestra propia identidad.
Espero que no recuerdes esos días porque para mi fueron de tortura y estoy segura que para vos también.
Te pido perdón por haber sido débil, por no habernos defendido con las uñas largas y filosas que me caracterizan.
También te agradezco por haber peleado a mi lado, por mostrarme que podíamos dar batalla juntos y encontrar el camino del triunfo.
Hoy me siento realmente segura, como el día que naciste y te puse sobre mi pecho por primera vez.
Vos nunca dudaste y me reconozco en tu fortaleza, se con certeza que la heredaste de mi.
Vamos al futuro tomados de la mano y te vislumbro alto, fuerte, seguro, de cara a la vida con esos ojos verdes que lo desafían todo, incluso a mi.
Estas creciendo rápido, apurado por salir a la vida y ya casi no puedo contenerte ni abrazar al niño que día a día se acerca más al hombre que soltará mi mano y enfrentará su propio destino.
Sólo espero estar preparada, ser fuerte una vez más, soltarte sin miedos, sin reproches, sin decir adiós.
MAMA 29/4/2008